lunes, diciembre 11, 2006

Hospital Militar, 10 de diciembre del 2006

Ir a sacar fotos al Hospital Militar tras la muerte de Pinochet resultó ser una experiencia desagradable. Los fanáticos del dictador -chovinistas y agresivos en su mayoría- demostraban desprecio por la prensa, en especial por el señor Pando de CNN.

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Siento que Pinochet es un extremo negativo. Lo mismo que Allende. Me parece que no deberían existir monumentos a ninguno de los dos, porque polarizan negativamente a nuestra sociedad. Hay que recordar que la mayoría del país estaba de acuerdo con llamar a los militares para acabar con el caos del gobierno de la UP. Sin embargo, la Junta Militar se perpetuó en el poder más allá de lo pedido, cometiendo en el proceso flagrantes faltas a los derechos humanos.

La foto de arriba me parece que dice mucho respecto al hecho de que los jóvenes chilenos (nacidos durante la dictadura o posteriormente) deben mucho de sus costumbres a la apertura comercial del gobierno de Pinochet.


La ira es un defecto constante dentro de los fanáticos políticos. En el día del velatorio de Pinochet en la Escuela Militar, los manifestantes convocados en las inmediaciones del lugar agredieron a los periodistas extranjeros presentes e incluso llegaron a provocar daños a edificios. Al mismo tiempo, en el centro y algunas poblaciones marginales de la capital, cientos de encapuchados manifestaban su repudio en contra del general mediante actos terroristas, encapuchados. Estoy en contra de la polarización en izquierda y derecha y en circunscribirse a las virtudes y defectos de una sola postura política.


Respecto a la foto de arriba, tengo la sensación de que refleja bien la necia actitud de Pinochet y algunos de sus seguidores. El dictador fue un hombre incapaz de perdonar o de reconocer públicamente que había cometido faltas a los derechos humanos. "Esta no es una dictadura, es una dictablanda"... Los opositores poco hacen por dar la otra mejilla o simplemente propender al acercamiento. Destaco las opinión, eso sí, de uno de sus más acérrimos detractores, el señor Teillier del PC, quien dijo que era inaceptable el hecho de alegrarse por la muerte de un ser humano.



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2 comentarios:

Carlos Ruckoldt dijo...

Excelente! Haciendolé honor a su calidad de periodista San Martin estuvo presente documentando las horas que siguieron a la muerte de Pinochet, la verdad pudo haber sido hasta peligroso por lo que se valora su coraje. La calidad de las fotos a mi parecer es bastante buena, reflejan bien el verdadero fanatismo de la gente que estuvo con él, lo que sí hizo falta fue porsupuesto el árticulo.., espero que publiques uno pronto.

Anónimo dijo...

Me parece en general bien el artículo y muy buenas las fotos. Estoy de acuerdo con la importancia de evitar los extremos en la política. Sin embargo visité ambos demostraciones ese día 10 de diciembre y quería comentar que la gran mayoría de los antipinochetistas demostraron con rostros descubiertos y de manera pacífica, sin causando daños ni amenazando o agrediendo a la prensa o los fotógrafos. Uno puede o no estar de acuerdo con el gesto de celebrar el muerte de un ex-dictador, pero es importante no mezclar las cosas y dar la impresión que todos ellos cometieron "actos terroristas". Incluso me cuesta entender porque se uso este frase ya que los encapuchados que lucharon con la policia y las fuerzas especiales tampoco cometieron actos terroristas que yo sepa. A mi entender un acto terrorista tiene el propósito de inspirar sentimientos de terror en el público, tal como plantear bombas, secuestrar personas, asesinar personas, torturar y desaparecer personas.