Una de las cosas que más me impresionó de la localidad de pirque fue el grado de ruralidad en el que vive la gente de allí. Si bien obviamente se manejan (aunque solo parcialmente) con algo del orden de un celular o una cámara digital, muchas costumbres parecen haber permanecido sin muchos cambios a través de las generaciones, incluso me encontré con algo tan rudimentario como un horno de barro.
En la foto de arriba aparecen 3 caballos pastando tranquilamente en un terreno pobremente cercado con una casa de adobe de fondo, si no fuera por el alumbrado que se alcanza a percibir cerca de la casa bien se podría pensar que la foto tiene un siglo. A la derecha, la carretera que parcialmente bordea el terreno.
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